A la hora de elegir nuestro micrófono , tenemos que tener en cuenta dos factores básicos que nos harán decantarnos por uno u otro:
¿Qué es lo que voy a grabar?
No es lo mismo grabar una voz, una trompeta o un violín ya que la captación de la onda es completamente diferente, por ello que tenemos que hacer especial hincapié en su sonoridad.
Los micrófonos dinámicos son excelentes para grabar voces, guitarras eléctricas o baterías. Sin embargo, se suelen utilizar los micrófonos de condensador (sobre todo en los estudios de grabación) para voces mucho más sutiles y detalladas como las de vientos y cuerdas ya que ofrecen un sonido mucho más natural.
¿Dónde voy a realizar la grabación?
¿Voy a grabar en exterior o en interior? ¿En una sala grande o pequeña? ¿Para directo o para estudio?
Este tema es relevante sobre todo por la direccionalidad del sonido. Los micrófonos omnidireccionales recogen todo tipo de sonidos, por ello son los más usados en los estudios de grabación, pero a su vez presentan problemas de acoplamiento y retroalimentación. En el caso de necesitar un micro para directos, lo ideal es elegir uno tipo cardioide o supercardioide ya solo captura el sonido de la parte frontal y aisla el ruido no deseado.